RD.- Debido a esos tropiezos en medio de una gran pegada en la música atravesó por el infierno del uso de las drogas y el alcohol. Gracias a Dios, superó esa etapa.
Su llegada al merengue, como figura principal de la orquesta Liberación, lo acredita junto al maestro Manuel Tejada, en darle un cambio a la ejecución del merengue, que al día de hoy aún permanece.
Alex llegó a perder el control de su vida, y tocando fondo, nunca perdió la fe en Dios de poder recuperarse y llevar una vida plena como artista.
Los años iban pasando y Alejandro Wigberto Bueno López, su nombre real, dejaba atrás cientos de oportunidades de establecerse como uno de los artistas dominicanos más destacados, también echaba a un lado la oportunidad de poder sanar, ya que tanto su familia y amigos se ocuparon de ingresarlo en las mejores clínicas de desintoxicación tanto en el país como en el exterior.
Es por esa razón es que Alex de, 61 años de edad, siempre da testimonio de su fuerte fe en Dios, y que gracias a su fe pudo dejar, primero las drogas, y luego el alcohol.
Alejandro, así también le llama Ramón Orlando, nació en una familia inmersa en la Iglesia Católica, en San José de las Matas.
Su madre, Francisca López, quien pertenece al Movimiento de Renovación Carismática, le instruyó en la fe y todo lo que vivió y conoció, siendo niño y adolescente, germinó en el momento apropiado, porque después de tantos intentos el merenguero apeló a Dios y a su misericordia para poder salir de los vicios.
Y sucedió el milagro. Para Alex, que comenzó a tomar alcohol a los 13 años, a los 16 fumó marihuana y a los 17 probó la cocaína, fue más difícil dejar el alcohol.
El artista dominicano, hacedor de éxitos como “Colegiala”, “Me muero por ella”, “La radio”, “Quiéreme”, “Jardín prohibido” y otros, está seguro que fue a través de la gracia de Dios y al apoyo de su familia que pudo salir su adicción a las drogas.
LISTIN DIARIO
No hay comentarios:
Publicar un comentario