El Comando Central de Estados Unidos (CENTCOM) confirmó este viernes la eliminación de un importante líder del Estado Islámico (ISIS) durante una operación militar realizada en la ciudad de Alepo, Siria.
El objetivo principal del ataque fue Dhiya’ Zawba Muslih al-Hardani, quien, según las autoridades estadounidenses, representaba una amenaza directa tanto para las fuerzas norteamericanas como para el nuevo gobierno sirio.
La operación, llevada a cabo en la madrugada del viernes, también provocó la muerte de sus dos hijos adultos, Abdallah y Abd al-Rahman al-Hardani, quienes, de acuerdo con el informe oficial, también militaban activamente en las filas del ISIS. En el lugar del operativo se encontraban además tres mujeres y tres niños, quienes no resultaron heridos, informó CENTCOM a través de su cuenta oficial en la red social X.
“La célula familiar mantenía actividades que ponían en riesgo la estabilidad regional y la seguridad de los aliados occidentales”, precisó el comunicado. La operación fue diseñada con el propósito de neutralizar objetivos estratégicos del grupo yihadista evitando víctimas civiles, una prioridad destacada por el alto mando militar estadounidense.
No se ha aclarado si esta incursión fue coordinada con el gobierno de Damasco, o si se trató de una acción unilateral por parte de Estados Unidos, que mantiene presencia militar en Siria pese al retiro parcial anunciado en abril pasado, cuando se confirmó la salida de mil soldados estadounidenses del país. Sin embargo, CENTCOM mantiene efectivos en el terreno para “degradar la capacidad operativa y de atracción del ISIS en la región y a nivel global”.
Tras el operativo, el comandante del Comando Central, general Michael Erik Kurilla, reiteró el compromiso de EE.UU. en la lucha contra el terrorismo.
“Continuaremos persiguiendo sin descanso a los terroristas de ISIS dondequiera que estén. No están seguros ni donde duermen, ni donde operan, ni donde se esconden”, subrayó Kurilla.
La muerte de Dhiya’ al-Hardani representa un duro golpe a la estructura de mando del ISIS en el norte de Siria, una región donde, pese a los retrocesos sufridos en los últimos años, células dispersas y líderes locales continúan organizando ataques y manteniendo redes clandestinas de apoyo.
Estados Unidos ha reafirmado su política de presión constante sobre estas estructuras insurgentes, apoyándose en el trabajo conjunto con socios regionales e inteligencia internacional. Esta acción, señalan expertos, se enmarca en los esfuerzos por impedir cualquier intento de resurgimiento del Estado Islámico en el territorio sirio o en otros puntos estratégicos de Oriente Medio.
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